sábado, 6 de marzo de 2021

JOSE PEDRO COSTIGLIOLO

 

JOSE PEDRO COSTIGLIOLO

Nacido en 1902, es posible considerar a este artista como el iniciador del arte abstracto en el Uruguay.  Fue discípulo de Laborde  y para valorar su capacidad José Pedro Argul dice que “fue uno de los más rigoristas entre los más capacitados, como lo señala el retrato primerizo que le pintara al dibujante Carlos María Perelló” (Proceso de las Artes Plásticas del Uruguay”, Edición abril 1975, pág. 255). Más adelante, el mismo autor recuerda que Domingo Bazzurro lo califica de “cerebralista”, en su comentario sobre un certamen de becas, publicado en “Páginas de Arte”, 1926.

Costigliolo ganó el Premio de Pintura del Salón Nacional de 1947 y el de 1956. En 1957 obtuvo la beca de la Bienal Nacional para viajar a Europa donde sus obras fueron bien conceptuadas.

Recuerdo la tarde en que visité a María Freire y José Pedro Costigliolo, en su apartamento número 901, de la calle Pereira de la Luz 1035, esquina Rambla. Fue una impresión muy fuerte y una lección, inolvidable por cierto, sobre las causas que llevaron al arte europeo hacia un despojamiento paulatino cada vez mayor, conversando en su taller, rodeados de las obras que permitían seguir en imágenes concretas el hilo del pensamiento del artista que al mismo tiempo contaba su historia personal.

Así supe que Costigliolo  comenzó a trabajar con los elementos que podía ver en aquellas paredes, al descubrirlos a través de su oficio como dibujante publicitario, porque así se ganaba la vida y así crecía su espíritu, simple y constantemente en la diaria actividad.

Desde 1929 hasta 1946, Costigliolo se ocupó del arte gráfico, publicitario. Había comenzado a aprender pintura en el Círculo de Bellas Artes cuando tenía 19 años.. Y pasados los años, el artista consideraba importante “haber podido dar carácter artístico a una disciplina que, como el dibujo publicitario, generalmente cuenta en la superficialidad de la regla y de lo que puede ser la publicidad en el sentido de expresar cosas menores”.

Del año 1946 al año 1952, se ubican los períodos “Neopurista” y “Maquinista” de Costigliolo, bajo las respectivas influencias de Ozenfant y de Léger.

Conocer la obra de Mondrian marcó un hito en su carrera, así como en la de su compañera María Freire. Fue un descubrimiento que les abrió un nuevo camino hacia la abstracción ortogonalista. Este movimiento iniciado por Mondrian prosperó en Europa y en 1918, durante la última etapa de la Segunda Guerra Mundial, porque suponía que el arte era así totalmente puro e intelectual; y todo lo que podía ser pasión o emotividad significaba un camino hacia la destrucción del hombre, por lo cual  había que eludir la emoción que podría llevar a la ceguera, a las guerras, a los desastres de todo tipo. El miedo al sentimiento desatado, llevaba a la pureza y despojamiento más total. De esta postura, de tal actitud fundamental frente a la vida, surge el despojamiento de José Pedro Costigliolo.

El “Purismo” nació con Ozenfant (1886-1966), comenzó el París como un arte claro y preciso, racionalmente controlado, privado de exaltación o expresión personal, reduciendo los objetos a simples formas geométricas. La figuración se ve reducida a una esquematización total.

Una mirada a las paredes de su estudio-taller permitió entonces constatar que en la obra de Costigliolo de los años 70 no había ya restos de representación figurativa; aquellos de la época purista habían desaparecido: el artista se manejaba solamente con elementos geométricos.

En 1955, Costigliolo inició el Movimiento Concreto en el Uruguay. El arte concreto es hijo del neoplasticismo de Mondrian. Es un arte abstracto que goza de mayor libertad compositiva. Arte universal por encima de la creación romántica e individualista, que responde al Manifiesto del Arte Concreto de Van Doesburg.

En Costigliolo la explosión de elementos no supone una anarquía, sino que la relación entre estos elementos plásticos revela una ley superior que organiza y estructura, rige estos elementos, por sobre la fuerza inevitable que los dispersa. Una maravilla visual de equilibrio y armonía. Elisa Roubaud. Bibliografía: Libro La Puerta de San Juan de Gustavo Alamón.

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