La gracia inunda las pinturas abstractas de
Olga Armand Ugon. La artista parece pintar sin esfuerzo colores y
combinaciones y diversos efectos de
superficie y estos son altamente sofisticados. La espontaneidad de la técnica
de la artista contrasta con pasajes de collage hechos de encajes y diseños de
flores. El material, producido mecánicamente, con sus perfectas repeticiones,
compensa el trabajo de pinceladas que fluyen y lo rodean libremente. En gran medida, es la cualidad cantarina de
los colores la que da elegancia a estas pinturas. Libres pensamientos
Tal
el título de una de las obras de Olga Armand Ugon y libre es el pensamiento de
la artista al plasmar cada situación, pensamiento, sueño, recuerdo, idea que la
inspire para pintar, porque su refinado oficio así se lo permite.
Formada
en los talleres de Clever Lara, Círculo de Bellas Artes, Guillermo Fernández,
Gerardo Acuña (desde 1998 hasta 2011), su producción es permanente y continúa
hoy trabajando en su propio taller, donde en la intimidad de su lugar parecería
que se ensancha el mundo onírico de posibilidades que dan forma nueva a toda la
realidad que la circunda y que recuerda: entonces Olga la fija en esa otra
realidad que crea con su pintura, mucho más perdurable y profunda, porque el
ensueño le permite penetrar más allá de
la materia, utilizar todo tipo de pinturas, géneros, fibras, hilos que encola e
introduce entre colores y formas que ya no responden a representaciones sino a
una idealización abstracta de lo sentido, visto, vivido, recordado. En este
difícil equilibrio con el cual la artista cubre el espacio se brillos, manchas,
marcas, escondiendo la imagen inicial, provocando la sorpresa y el ensueño en
el contemplador, solamente un dibujo muy probado y trabajado durante años
anteriores puede permitir las libertades que lanzan el libre pensamiento de la
pintora y sorprenden fuertemente a quien mira, siente, percibe y acompaña esa
lluvia de sentimiento que inunda tanto la tela como el espacio que la rodea y
la interioridad del propio espectador.
Con
gesto suelto y afinada puntería, Olga Armand Ugon va moviendo el ritmo de las
formas o respetando su quietud cuando el color descansa en una idea, un
recuerdo, un retrato que ya no lo es, porque se ha transformado en la
traducción plástica de una relación íntima con lo vivido y conocido por la
artista. Las líneas pueden escribir una trama, tejiendo sobre la poesía que se
desprende de su recorrido. El contemplador la recoge, la hace suya y vuelve a
admirarse de una armonía que no se detiene de una a otra forma, de una
composición a la siguiente, porque en todo ello lo poético prima sobre la
figuración, tanto sea de la figura humana como de las abstracciones que surjan,
por ejemplo, de una taza de café.
Premiada
en el concurso ISUSA (2011), expone permanentemente a partir de 2007 en
Montevideo; al mismo tiempo sus obras han salido a participar en New York de
Reaching U (2009) y a una exposición en la Caelum Galllery de esa ciudad
(2010); en Buenos Aires expuso en la
Galería Palermo (2010); sus obras fueron seleccionadas para el Premio Nacional
del Teatro Maccio de San José y para la Revista Digital Vadenuevo (2012).
Elisa
Roubaud
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