Analía Sandleris (Montevideo, 1958), ha realizado
exposiciones individuales en la Galería de la Ciudadela (Analía Sandleris
1983), Libertad Libros, Museo de Historia del Arte de la I.M.M. (1996), Sala P.
Figari del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jadite Galleries, New York
(1997), Sala F. Sáez (2002). Becada por Batuz viajó a Alemania y España en el
año 2003. Ha participado en muestras colectivas desde el año 1984, en
Montevideo, San Pablo, Salto, Miami.
Ha merecido el Primer Premio de dibujo por el Centro de
Vendedores y Viajantes (1972); Premio Intendencia Municipal de San José en el
II Salón Departamental de Artes Plásticas y Visuales de San José, invitada a la
Bienal de Pintura Joven Museo de Arte Americano de Maldonado (1982); Premio
especial de Acuarela, Salón de Dibujo, Acuarela y Grabado del Banco de la
República Oriental del Uruguay.
Creó máscaras y vestuario para “La Leyenda del Caballero de
San Jorge”, concebido como espectáculo callejero en Ibiza, España (1991-1992);
Encuentro Latinoamericano de Artes, Arte do Momento, Parque Municipal “Bruno
Nardini”, Valinhos, San Pablo (1996); Arte por Uruguay, Muestra itinerante por
Europa (1998).
Analía Sandleris es
coherente consigo misma a través de las distintas etapas de su producción y con
la variedad de técnicas utilizadas, si bien evoluciona francamente hacia una
geometrización en la que las figuras se insertan más contenidas, armonizadas.
Tenue en el color cuando la gestualidad la lleva a diluirlo en el espacio,
Sandleris ahonda en sus posibilidades y pasa de los grises al rojo oscuro, en
la más lograda de sus obras. Las formas se desdibujan por ese gesto que conduce
a un mayor grado de abstracción. Los colores se mezclan por veladuras e
insistencias de la artista que vuelve una y otra vez sobre la forma inicial,
hasta cubrir de sorpresas la visión de una paleta baja de ocres, rojos, negros,
que contrastan sobre fondos grises, grises azulados, blancos, apastelados.
Contrasta también la ortogonalidad que se percibe en los fondos con la libertad
de las pinceladas que cubren, con una capa formal y decisiva, las formas ya
animadas de estas composiciones. La valija está presente como forma en todos
los animales que son tema de esta serie. Continente y contenido sugieren al
contemplador el cambio, la posibilidad de diferentes miradas para una misma
realidad. La palabra escrita adquiere valor plástico: se inscribe, y valga la
redundancia, en esa infinita gama de posibilidades que ofrece la realidad,
utilizando sus elementos de una u otra forma. El color canta en todas las
obras, ensombrecido.
Elisa Roubaud
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