miércoles, 10 de julio de 2019

Correa Palillos Sebastián


Sebastian Correa es un artista que vive en la serenidad que  imaginamos al pensar en los del Renacimiento, que produce sin embargo con el espiritu y para las miradas de hoy. Depurada, su obra parece representativa del Espacio, aquel que es meta e inspiración de la modernidad, surcado por la tecnología, vencido y alcanzado por los sueños de los  hombres. Si Leonardo da Vince habia inventado una maquina para volar, aceptando el reto que significan las ansias de infinito siempre presentes en el alma humana, hoy ya no hay limites en el cielo para las metas de los mortales; ya no hay distancias para la comunicación, desde que espacio y tiempo pueden coincidir en la pantalla de una computadora. Y la computadora ha generado imágenes livianas, etereas, hechas para recorrer todo y cualquier espacio real o imaginario, fisico o virtual, con colores vivos y transparentes que parecen ser la traslación del arco iris a la tecnología digital. El hombre es el unico ser de la creación capaz de almacenar en su memoria genetica el conocimiento de los siglos y en el arte de hoy sin duda viven tanto la capacidad creativa como para expresar por medio de imágenes, como los recuerdos sensibles de una espiritualidad que ya ha atravesado tantos siglos.
Sebastián recibio desde niño una educación por el arte y el desarrollo de su creatividad nunca fue interrumpido, mientras transitaba por los estudios formales, el dibujo publicitario y toda la Escuela Nacional de Bellas Artes. Juan Perdomo, Carlos Seveso, Nelson Ramos estan presentes en los recuerdos del artista que con ellos se formo para hoy poder sorprender con su originalidad. Correa pinta el espacio surcado por tenues lineas de colores; las que ,en su recorrido hacia logicas y ordenadas direcciones, son como flechas lanzadas al espacio infinito, distancias y geometría permiten a Sebastián Correa crear un perspectiva personal, con la que multiplica en la limitada dimension del plano, aquellas distancias siderales que tal vez su imaginación evoca, con tanto rigor como fantasia.
Esta pintura, hecha de simples y ordenadas incursiones de las lineas por el espacio plano y pleno de color, tiene una cualidad aerea muy particular y permite extender al infinito las reales dimensiones del espacio que ocupa sobre el soporte. La serena actitud del artista impulsa esos dardos que se lanzan a la conquista de todo el espacio, como la fe que no se pierde, porque se acierta en certezas que la “razon no puede comprender”.

Elisa Roubaud


SEBASTIAN CORREA DOMINE CREADOR DE “CIUDAD PALILLO”
Creció pintando. Nació con talento. Desde los cinco años dibuja desarrollando su oficio, trabajando. El color de Sebastian Correa es el mundo donde hoy nacen y crecen sus abstracciones, en la armonía de la proporción, en la magia de su imaginación creativa. Forma, color, espacio, se reparten el plano equilibradamente. Las imágenes no se instalan en el plano formando una composición, sino que surgen a la superficie como parte integral del soporte que las contiene. Sebastian Correa es un artista con las características mas puras de la Modernidad.
En  la Sala Miguel Angel Pareja de Montevideo se presentó “Ciudad Palillo” de Sebastián Correa Domine, primera muestra de esculturas del artista, realizadas en madera , poliuretano expandido con yeso y encolado de diversos papeles El protagonista era el palillo con que se asegura la ropa cuando se cuelga para secar, o  los pantalones para andar en bicicleta, o  las bolsas abiertas que se quieren cerrar para seguir utilizando su contenido en la cocina; un sinnúmero de funciones que piden nueva mirada para este producto industrial que gracias a una  inteligente ingeniería resulta  herramienta indispensable  y como tal sale  de todas las casas  recorriendo la ciudad, aunque  pasando inadvertido para  la gran mayoría de los usuarios, cuando debería ser visto y mejor valorado. Sebastián Correa, ojo avizor, desde los cinco años dibujante y pintor atento a la realidad que lo circunda, puso su mirada agradecida en este pequeño objeto, desde que siendo niño jugaba con los palillos en la azotea  para seguir entre ellos en el taller que tiene precisamente en el lavadero de su casa.
Sebastián nació talentoso desarrollando su oficio con perseverante trabajo.  El color de sus pinturas  es el mundo donde hoy nacen y crecen sorprendentes  abstracciones, por  la armonía de  geometría y proporción  que se anima con la magia de su poética, repartiendo en el plano equilibradamente los destellos de luz que en forma de agujas bailan rítmicamente. Para hacer las esculturas de “Ciudad Palillos” Correa Domine trabaja el barro que luego cubre con yeso; desmolda y consigue objetos de considerable  tamaño, los que pintados, repiten la forma y recuerdan la función de los palillos de colgar la ropa y demás funciones. Sebastián Correa descubre en el  palillo de madera y resorte posibilidades de expresión que  le dan protagonismo, convirtiéndolo en  ícono que lleva, por su condición utilitaria, a penetrar los secretos de la ciudad. Reconoce su forma y función, el ser un producto industrial que se vende y no se destaca estéticamente, ni por su color, ni por sus líneas o volumen. Sebastián Correa demuestra que el arte puede transformar la realidad del más humilde objeto, rescatando al palillo de la ningunidad,  al esculpir sus líneas y resaltar su utilidad. Con  trabajo y con  creatividad natural Correa Domine  toma lo que tiene a mano y de la mano de este mismo objeto orienta  la mirada del contemplador hacia la realidad de toda la ciudad. Y con este trabajo y tal recreación Sebastián inventa un protagonista insólito que responde a su propia e íntima necesidad de expresión.  Elisa Roubaud

PALILLOS ENTRE LINEAS – SEBASTIAN CORREA DOMINE
Desde “Ciudad Palillo”, cuando Sebastián Correa Domine expuso en la Sala Pareja de la Escueela Nacional de Bellas Artes, en el corazón de Pocitos, no habían aparecido en sus obras aquellos palillos que su inspiración tomó de visiones de azoteas, techos, terrazas y quién sabe cuántos otros recuerdos del entorno familiar, ciudadano, que penetran subrepticiamente  y sin aparente razón en el pensamiento, sentimiento, visión interior del artista, para impulsarlo en el momento más inesperado hacia la creación de algo que nunca hubiera pensado hacer, algo que le sorprende antes que a ningún otro interlocutor que pueda mirar y contemplar su obra.
Ahora Sebastián nos vuelve a sorprender con palillos y muchos otros objetos y los llama “entre líneas”. ¿Qué líneas? Las de su construcción plástica, las que marcan los colores y sus hábiles manos sobre y con el poliuretano expandido que crece y Correa corta y recorta hasta obtener la composición que sostiene la expresión, la que con su fuerza de colores y el encolado de los objetos más dispares (aunque siempre los del entorno), consigue además integrar a los palillos y demás aquellas líneas primeras de sus primeras obras en las que la geometría campeaba por el plano, mientras bailaban pequeñas rectas de colores sobre otros colores del fondo, formando un concierto armónico de luces y movimiento, de ritmos tan sorprendentes como las protuberancias que hoy acompasan y sostienen el color de estos nuevos “Palillos entre líneas”. Bienvenidos sean, palillos, colores, encolados, sentimientos y composiciones equilibradas de Sebastián Correa Domine: todo se integra en el mundo que el artista crea con nada, con la espuma del poliuretano o con los palillos que sujetan tanto como los que bailan con el color. Elisa Roubaud.







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