CELESTE NUÑEZ
Ceeleste pintaba todas las mañanas. La
pintura era el centro de su vida. Vocacion que descubrió muy joven y que cuido
de no comprometer con nada que pudiera apartarla de su desarrollo. Comenzo estudiando acuarela con Lucia Frank
(1947 a 1949) y ya en 1950 ingreso al Taller Torres Garcia, alumna de Julio
Alpuy, Jose Gurvich, Manuel Pailos y Augusto Torres, su tan querido maestro,
hasta el fin de sus enseñanzas en 1970.
Celesste viajo mucho, miro mucho y supo
después encontrar en su interior imágenes que podían ser traducidas en pintura.
Recorrio Portugal, Egipto, España, Italia, Inglaterra, Francia, Suiza, Grecia,
con una misión del Gobierno uruguayo, en 1954. Frecuento las bienales de San
Pablo, las exposiciones que le interesaban en Buenos Aires y volvió a España,
en 1973. Al año siguiente continuaba su actividad ininterrumpida en Uruguay,
con una exposición individual en el Instituto de Cultura Hispanica de
Montevideo, exponiendo en el 22 Salon
Municipal de Bellas Artes de Montevideo y en el Salon de Primavera de Salto. Y
asi, en este tenor se puede leer hoy la larga historia de sus viajes y
exposiciones.
Celeste era serena, ponderada,
conservadora. Sus pinturas de cafes, ferias, playas, puertos, tienen igual
carácter, ordenando según las reglas de composición aprendidas, pero sobre todo
utilizando los tonos pastel del oleo bien diluido, para entregar en el color su
propia luz interior, inventada, representada con intensidad, la misma
intensidad que era esencia de su disciplina en el trabajo, su fidelidad en la amistad, su constancia en
afectos y creencias.
Celeste salía de tarde a ver exposiciones,
a visitar talleres, a compartir con otros pintores un dialogo que no tenia fin
y que acaparaba todo su interés. En su casa, tapizada de cuadros suyos y
también de aquellos pintores a quienes promovía y ayudaba a vender sus obras,
tomar el te era algo secundario, mientras de todos los rincones surgían nuevas
pinturas o las mismas para reconsiderarlas y disfrutarlas. Hoy se pueden ver
sus obras en el Museo Juan Manuel Blanes; la Biblioteca Municipal de Florida;
el Museo Provincial de Lugo, España; coleccionistas de Uruguay, Argentina,
Canada, España, Brasil, Japon; la Secretaria General de la OEA en el Uruguay;
la Pinacoteca de la Alianza Cultural Uruguay-Estados Unidos de America; la
Pinacotheque des Eaux Vives, Ginebra, Suiza.
Tan serenamente como vivio, se fue. El
tiempo que detuvo en sus pinturas, el que paso por los rostros sin facciones de
figuras que se expresaban por el peso de sus posturas, seguirá corriendo por
otros rostros que aun tal vez no tengan definicion, porque la pintura de
Celeste Nuñez, seguramente habrá de perdurar y será confirmada por el futuro. Elisa Roubaud
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