miércoles, 10 de julio de 2019

Cazorla Mery


Quienes se acercan a la obra de Mery Cazorla tienen el privilegio de mirar y, al contemplar, dejarse invadir por una cualidad intangible e indefinible en otro lenguaje que no sea el propio de la pintura. En el silencio que sigue a la sorpresa del contacto con cada cuadro, surge la música que es la armonía que los origina, los estructura, los envuelve. Armonía que se transmite al contemplador y que sin duda debe haber nacido muy atrás, cuando la madre de Mery tocaba el piano y esa “huella de la madre” que persigue a todo hijo que la sigue, continúa iluminando hoy, este concierto de colores con el que la pintora se descubre: vulnerable, sensible, apasionada.
Es la vida que pasa por la puerta de su casa. Cuando toma apuntes rápidos, hábiles, expresivos de los escolares, como cuando escucha el ruido con el que los jóvenes amanecen después del baile, o la monotonía de los que despiertan para buscar algo que les sirva en los contenedores de basura. Son “el día y la noche” con sus dos caras para la misma realidad. Decía Juan Storm que no hay pintura sin poesía. Tampoco sin pasión, sin humildad, dedicación, oficio, verdad.
Recorrer esta exposición es entrar en el mundo de la artista, el más íntimo, desde donde se concentra para crear con lo que recuerda o medita; de aquel  que la obsesiona y del que a veces puede liberarse, buscando la vida, el color, el espacio, en el entorno natural. Mery Cazorla tiene un firme dibujo que le da alas para volar alto, soltar la pincelada y crear con audacia la nueva realidad del cuadro, a partir de algunos bocetos tomados al aire libre, o siguiendo las líneas que le dicta su memoria. Libre, sí, por su autenticidad, por su experiencia, su poesía y su pasión.
Realmente, es un privilegio para todo contemplador el acompañarla en este nuevo recorrido.
Elisa Roubaud

MUSEOS DEL GAUCHO Y DE LA MONEDA


BANCO DE LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY


MERY CAZORLA

Nace en Montevideo y en 1960 comienza a estudiar pintura con su madre, la pintora rusa Esther Waksmacher. Estudia croquis y pintura con Mercedes Gibernau (1978 a 1983). Integra el taller de Edgardo Ribeiro (1984 a 1988). Continúa pintando con Walter Nadal. Expone colectiva e individualmente desde 1989. Sus obras están en Galería Latina, Galería La Matriz de Punta Carretas Shopping y Galería Arte de Carrasco, en Montevideo, Uruguay. Su Currículo se conserva en el Museo Nacional de Artes Plásticas y Visuales (Parque Rodó, Montevideo, Uruguay)

Salas e instituciones en la Ciudad de Maldonado, Piriápolis y San Carlos, el Espacio Latinoamérica Arte de Buenos Aires y el Paso das Artes de San Pablo, han recibido obras de Mery Cazorla para difundirlas a otros públicos.
Mery Cazorla ha sido elogiada por el lirismo intimista que sabe imprimir a las naturalezas muertas; por el acierto del color en pinceladas cortas a la manera impresionista, o en la mancha que se extiende formando planos que se organizan en la composición dando lugar a nuevos espacios, originados por la propia figuración; por la fuerza, en fin, de sus trazos y la veracidad que estos adquieren para los retratos. Cualidades que se aprecian en esta retrospectiva que permite transitar con la artista por distintas etapas de su producción, entre ellas y una de las más felices, la de los músicos.
Cazorla evoluciona actualmente hacia una obra signada por el misticismo, en la que el gesto transforma el anterior dramatismo, medido y contenido, en un expresionismo libre para la representación de temas bíblicos. Apoyada en el rigor de su dibujo, Mery Cazorla suelta sus colores al tomar instantáneas de la vida cotidiana. Ya sea con la idea, el gesto o el color, la artista propone una visión espiritual del entorno y del más allá, y crea con ello una comunicación directa con el contemplador.
Elisa Roubaud 

MERY CAZZORLA, pintora, Montevideo, Uruguay
VIDA – MUSICA – PINTURA
Hija de la pintora y música rusa Esther Waksmacher, Mery aprendió muy naturalmente junto a su madre los fundamentos de la armonía y en ellos ha sostenido la fuerza del concepto que guía la poesía de sus pinceles.
Si los primeros estudios datan de 1960, esta artista continuó perfeccionando dibujo y pintura con Mercedes Gibernau y con Edgardo Ribeiro; pintó con Walter Nadal y expuso en todas las colectivas de su taller. Su carrera se fue concretando paso a paso, con una seguridad que la caracteriza en todas sus actitudes personales, mezcla de intuición y disciplina en el oficio.
Sus primeras exposiciones individuales fueron en 1991, en el Instituto del Libro y en el liceo de San Carlos, departamento de Maldonado. Al año siguiente Mery Cazzorla daba un paso importante colgando su obra en la Galería Moretti, valorada por el ojo avizor de Julieta Moretti, quien sabía descubrir los valores emergentes y ponía su espacio al servicio de su evolución. Año tras año han continuado las exposiciones de Cazzorla en galerías y museos del Uruguay, en el Espacio Latinoamérica Arte de Buenos Aires, 1995; y aquel mismo año en el Paso das Artes de San Pablo, Brasil.
¿Cómo pinta Mery Cazzorla? Un lirismo intimista envuelve sus naturalezas muertas; con pinceladas cortas, a la manera impresionista, entona el color; sus retratos tienen la fuerza de la veracidad. Hay un mundo propio que estimula su creación. Lo pintado resulta expresión latente del ensueño que genera las imágenes; estas surgen, afirmadas en el concepto de que la pintura es pintura en sí: no se trata de repetir una realidad exterior sino de encontrar la forma para dar vida a visiones interiores que aquella realidad circundante provoca en el alma del artista. Cada vez más libre en sus pinceladas, Mery Cazzorla borra los límites de los contornos de la figuración tratada, convirtiendo el acto plástico en una muestra de expresión gestual.  Las manchas que resultan de tal libertad no escapan, en su espontaneidad, a la estructura del cuadro. Lejos de responder a una improvisación son la muestra de su oficio, el cual le permite una mayor libertad frente al plano. La atención de Mery Cazzorla se puede entonces concentrar en verdades más profundas y subjetivas. El contemplador advierte tal interioridad que se manifiesta y descubre en  trazos firmes, entonados y sueltos, dejando al aire las raíces de una sensibilidad trabajada para poder expresarse en la musicalidad del color. Elisa Roubaud



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