sábado, 13 de julio de 2019

SANTOS OSMAR

SANTOS OSMAR. (Datos que figuran en una carta de Osmar Santos a Elisa Roubaud, año 2017)
… Posteriormente a la presentación del libro, la Intendencia de Rivera alquiló un local céntrico, una vieja casona que se demolió y en ella construyeron un amplio salón para un supermercado que nunca se instaló.
En el año 2011 me jubilé y asumió como nuevo director del museo de artes un ex alumno, Hugo Lago médico jubilado y pintor, quien ha continuado por el camino ya iniciado.
La tarea que desarrollé fue, entre muchas otras, formar un acervo partiendo de cero, con obras de pintores riverenses, nacionales y extranjeros solicitándoles donaciones. Organicé decenas de exposiciones, charlas, etc. etc. Fue desarrollado durante años un proyecto de visitas de niños con sus docentes. Se editó un boletín durante varios años que se enviaba a todo el país. Se hizo un inventario de obras, muebles y otros objetos, todo documentado en libros, todo informatizado. Una biblioteca de arte, totalmente indizada y fichada de acuerdo a normas bibliotecológicas. Y un sinfín de cosas grandes y chicas que se realizaron a través de los años.
Cuando me correspondió entregar el museo al nuevo director ya estaba todo hecho desde el punto de vista museológico, menos la adaptación del nuevo local con mamparas, iluminación,  y otros aspectos. Es a lo que se está dedicando Hugo Lago, sin descuidar las exposiciones y el trabajo sistemático con niños escolares.
Por más de cincuenta años me dediqué al proyecto Museo para Rivera. Paralelamente fui docente en secundaria, escuelas de artes de Rivera y de Livramento, dibujé y pinté como lo he hecho desde siempre.
Me dediqué a la arqueología de campo investigando y publicando informes. También a la malacología coleccionando, investigando y publicando. Me ayuda a distender la tensión del día a día.
Así como fundé el museo también tuve oportunidad de fundar la Escuelita de Arte Infantil, la que funciona sin interrupciones desde entonces. Hoy en manos de la hija Alicia y de Alejandra que es una de mis nietas, y otras profesoras contratadas.
En Sant’Ana do Livramento fundé una escuela de artes, de la que fui director y docente por más de treinta años.  Así como también fundé el Museo de Arte de ASPES, Asociación Santanense pro Enseñanza Superior.
Las cuatro instituciones han tenido y tienen incidencia en la elevación de la sensibilidad colectiva respecto a lo cultural en esta frontera Rivera-Livramento de corte tan mercantilista.
Cuando tenía talvez unos once o doce años se reunían en casa compañeros de la escuela, primos y niños vecinos y en una mesa grande en el patio los enseñaba a dibujar cuerpos humanos y a tallar pequeñas esculturas en piedra arenisca de la zona. Creo que ahí nació la vocación docente.
Tuve tres tías hermanas de mi madre que fueron maestras. Esther me incentivó desde muy pequeño, poco más de un año a rayar con varias técnicas propias para la edad, porque según me contaron ella veía que me acostaba de barriga sobre las baldosas amarillas de la baranda y con un lápiz intentaba hacer monigotes.
Otra de las hermanas, Elisa, cuando aprendí a leer me prestaba libros de arte, tenía varios, y su esposo me permitía dibujar en la mesa donde el hacía planos para la oficina de catastro.
Con aquellos libros y revistas me pasaba horas observando las láminas. Intentaba pintar con aquellos colores que no eran tan saturados. Más bien neutralizados, pero cómo?  No existía en Rivera ninguna escuela de enseñanza artística ni pintores. De tanto insistir empecé poco a poco mediante mezclas a acercarme a lo que deseaba,   hasta que llegué a la verdad pintando con acuarelas una cabeza de mujer. Había llegado al tono. Todos los días 1º de enero y 22 de junio dibujo o pinto algo. Esta última fecha es la del día que cumplo años. En esa cabeza de mujer, debajo de la firma escribí la fecha: 22.VI.1949. Estaba cumpliendo 15 años.
En 1951 un pintor de origen austríaco, Rodolfo Seinwells se instaló en Rivera y fundó la Escuela de Arte Pictórico. Con él estudié hasta que fui a estudiar a Montevideo a mediados de 1952.
En la capital estudié profesorado en el IPA y de noche pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Me recibí a fines de 1956 y volví a Rivera con muchas ideas para desarrollar. La estadía en Montevideo estudiando y visitando exposiciones, museos y talleres fue un disparador importantísimo que me condicionó para dedicarme a lo propio y a lo colectivo a la vez.
Jubilado igualmente continúo asesorando sobre temas artísticos, especialmente a alumnos liceales y de profesorado que me lo solicitan. Y recibo visitas de grupitos de niños con maestras o practicantes de la escuela que funciona frente a la casa donde vivo. Desean que les explique por qué pinto “así”.
En lo concerniente al arte digital, lo empecé a desarrollar en 1995. Al principio con figuras que transformaba o adaptaba a composiciones. Pero me dije un día; “Porqué estoy haciendo la figura partiendo de fotos o imágenes. Eso lo puedo hacer con pinceles y todos los materiales que se usan en la pintura. Esto es otra cosa, otro lenguaje”. Y comencé a investigar cómo crear obras digitales solamente con el computador, sin imágenes agregadas. Y llegué partiendo de un simple pixel y una línea. Lo que me permitieron hacer los programas usados me entusiasmó de tal manera que casi me olvido de la pintura. Adopté la forma abstracta como meta en cada realización y colores saturados. Poco después comencé a usar un programa de fractales. Volví a las matemáticas. El programa permite modificar formas alterando los valores numéricos de las ecuaciones. Al comienzo se me evadían las formas y no conseguía lo que buscaba. Hasta que lo logré y con un dominio mayor de las herramientas informáticas los empecé a realizar  con mayor seguridad de llegar a lo pensado.  No les pongo título. Llevan el número de obra y la fecha nada más. Opus 402, por ejemplo.
Respecto a la fotografía me acompañó siempre. Cuando cumplí doce años mis padres me regalaron una cámara Kodak. Aún la conservo. Y de ahí en adelante no paré. Durante unos años instalé en casa un laboratorio para revelar en blanco y negro. He fotografiado con varios tipos de cámaras. Y ahora le agregué la del celular. En 1995 hice un viaje a España y Portugal solamente para descansar y fotografiar. Como persona, me considero uno más en el rebaño. No hago distinciones. Soy muy tranquilo, nunca tuve ni tengo enemigos. Nunca fumé, nunca me atrajo el alcohol y tampoco tomo mate. Según la esposa de un amigo, por todo eso debo ser “una persona muy aburrida”. No tengo tiempo para aburrirme. Tengo dos hijos que se acercan a los sesenta de edad, Alicia es docente y grabadora y Eduardo dibujante de planos de campo y ciudad, además de ser un técnico en informática. Hace treinta años falleció mi esposa, madre de ambos. Con posterioridad me casé dos veces, y del último matrimonio tengo un hijo de doce años, Ernesto. Está en sexto de escuela. Modela esculturas con arcilla con creaciones acordes con la edad. Ha intervenido con éxito en varios torneos de ajedrez. Toca el piano, está en quinto del Conservatorio. Y juega al fútbol como golero. Qué será en el futuro, solo él sabrá. Por la edad que tengo, 83, no lo voy a ver.  Tengo cuatro nietos y siete bisnietos. La mayor va a cumplir 18 años. Si me descuido, en cualquier momento puedo llegar a ser tatarabuelo. Sonrisa
Elisa, creo que interpretando tu pedido, he escrito muy sintéticamente lo que he realizado y cómo vivo, cómo soy, en fin, una auto radiografía como hombre y artista. 

OSMAR SANTOS
“Un hilo representa la distancia del pasado el presente y el futuro.”
                                                                                                        Francisco Ignacio.

Seres esenciales, esos que son purificada verdad sin apariencia, pueblan el lenguaje plástico de Osmar Santos. Síntesis de una filosofía de pintor que tiene que ver con la búsqueda de la verdad de las cosas, y con el propósito de verlas como son, no como se nos presentan. Seres esenciales que resumen la búsqueda plástica de su propio lenguaje. Comunicación, y a la vez agua purificante que despierta el deseo de releer la cotidianeidad, haciendo conciencia de que  en la esencialidad, reside  la verdad del SER.

SOY, y por ello se me está permitido crear, desarrollar, construir, destruir, modificar, accionar. Pero  este permiso en la esencialidad del hombre, no es nada más que impulso positivo, para la realización positiva, que se mide simplemente en la relación de mi persona con otra persona, de mi persona con el entorno, de mi persona con los seres que lo habitan, de mi persona con las cosas a las que doy valor o desvalorizo.
El ser esencial es aquél  que ha descubierto la imponencia de su humanidad y el bien que ontológicamente la guarda; por eso incorporando la sombra se ha vuelto creador, es decir reflejo de la VERDAD que ennoblece y dignifica.

Los artistas, vuelvo a repetir, LOS ARTISTAS, llegan a esa esencialidad que se da en la integración de su “humanidad” con la expresión que se muestra, despojada ya de todo compromiso que no sea decir lo que se vive,  pensar lo que se dice, vivir lo que se piensa. La verdad se vuelve  expresión y nace así la obra de arte. Después viene todo lo demás…

Osmar Santos nos lleva a un mundo de realidades, donde el abecedario se ha vuelto color, entonces descubrimos su planteo, su visión de las cosas, su interioridad desnuda de toda afectación posible.
Amalgama los colores con la preocupación primera, buscando la estética como la frase que sin rebusques da la idea acertada y sabe bien que para poder llegar a ella no hay una fórmula sino un eterno empezar en el largo y experiente camino recorrido.
Por eso sus realizaciones son siempre nuevas, nacidas en el instante que insta a la búsqueda y se empecina hasta lograr el acorde final, donde el reflejo de lo pensado y lo realizado se ha vuelto tangible.

Seres esenciales, hombres cargados de una metafísica que no se distancia sino que se interioriza en cada uno de nosotros, desertándonos de este mundo aparente, a un mundo real que parece imaginario, y abriéndonos a un desafío imperioso donde todo toma su verdadero valor y se relativizan los iconos prefabricados, para que podamos mirar desde la verdadera  realidad  “LO ESENCIAL, que  ES INVISIBLE A LOS OJOS”.

                                                                                    Ramón Cuadra Cantera.











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