NORMAN BOTTRILL: DIALOGO CON UN VIRTUOSO
Visitar a Norman Bottrill, conocer su casa y su taller
después de haber mirado sus dibujos, sus colores, intentando penetrar el mundo
interior del artista, no es una sorpresa. Todo alli concuerda con aquella
fantasia organica hecha de lineas, formas, colores, que se despliegan con
refinada perfeccion. El misterio de las escenas en las que la figura humana se
inserta en una estilizacion de formas, resultado del dibujo, de la mancha y del
color cuidadosamente organizados, queda develado tan sencillamente como cuando
se dice la verdad. Conversar con Norman Bottrill es adentrarse por el camino de
las mismas líneas hacia la claridad del sentimiento que las impulso y
comprender el por que de su persistente seducción para el contemplador que las
ha recorrido, dócil a la invitación del artista, perplejo ante la nueva
realidad que se ofrece como una aventura espiritual. Una realidad imaginada,
desprendida e independiente, donde no hay gestos que sorprendan sino
conscientes intervenciones del artista, creando una figuración abstracta que es
victoria de la imaginación sobre la realidad natural.
-En anteriores críticas se destaca esta frase suya: “Mis
imágenes surgen con algo de ese misterio que pretende mostrar a los hombres algo
mas de su ser en el mundo”. ¿Qué podria ser ese “algo mas”? Y Bottrill
responde: “Algo mistico, casi un anhelo... de felicidad. Justamene no le pongo pupilas a los ojos para
que el observador tenga que meterse dentro de la obra y después en sí mismo; son
también mis fantasías”…
Las lineas de Bottrill recorren dóciles el espacio, guiadas por su
imaginación que es de una naturaleza tal que no fuerza al contemplador, porque
el movimiento suave, ondulante, intrincado cubre el espacio donde se vuelven
expresivas como por arte de magia, cuando aquellos caminos de colores integran
planos que refieren a formas de la realidad.
Lo que había comenzado en el recuerdo de los cuentos orientales, de las
mil y una noches y las miles de historias alguna vez relatadas, se va
transformando en formas que se asocian y se disocian, conformando la realidad
distinta creada por el artista. Formas sostenidas por el color en el color.
Formas reconocibles que se comportan como si se movieran, sorprendiendo,
flotando en el color como el recuerdo de un sueño que dura y se concreta en la
vigilia. Fuertemente expresionista, mas entregada con seductora suavidad, la
pintura del medio natural que rodea las figuras y las envuelve, exalta la vida
orgánica que el artista pareciera inyectar dentro de esas formas; su violencia
contrasta con la placidez de los personajes, estáticos dentro de una selva
conmovida e inquietante de colores.
Los fondos también pueden ser monocromos y servir de telón
para el baile formal que parece escapar de las reglas del juego que el propio
artista se impone y que han ganado el espacio con la fuerza de su libertad.
Norman Bottrill debe
su solida formación, entre otras cosas,
a los meses que paso en el taller de Jorge Damiáni, a los viajes que le
permitieron conocer los museos de Europa, Estados Unidos y el “interminable” (así lo califica él)
Ermitage en Rusia, cuando trabajaba para una empresa de aviación. En 1974
realizó la primera exposición. En 1977 tenía 37 años cuando debió optar entre
el trabajo o la pintura, ya que no podía continuar dividiendo su tiempo. Se
decidió por la pintura y le fue muy bien.
MIREMOS LOS DIBUJOS
Primero dibuja un boceto general que se va modificando sobre
la marcha, pero que en general empieza como un dibujo. El juego de las formas
que van cerrando y van abriendo espacios atrapa al contemplador para llevarlo
fuera de si mismo y permitirle misteriosamente una suerte de introspección que
sobreviene por los recuerdos que personajes, imágenes y escenas suscitan, al
tiempo que seducen con la mirada vacía pintada en rostros intemporales, o con
algunas pupilas que miran, o miraron en otro tiempo.
-¿Sus propuestas parten de una idea determinada?
-“Generalmente parto de un concepto muy general y despues
todo me va surgiendo y sobre la marcha modifico mucho, lo que he pensado
y lo que consigo realizar..”
Miramos los dibujos, las fotografias de obras, casi todas
vendidas, algunas recuperables para la exposición, otras imposibles de ubicar.
En el cuidadoso archivo hay criticas viejas y todo conservado con aire de
presente, tal como todo esta presente en la mente del artista. El tiempo
pasa y enriquece con vivencias y recuerdos que son la idea de Norman Bottrill. Su
imaginación entrega poesia a la realidad vivida y su habiliadad la dibuja con
el lirismo que le agrega el color.
Dos años después de su primera muestra en Galeria U del
Palacio Salvo, Ramon Merica entrevisto a Bottrill para El Pais de los Domingos,
y asi decia en 1976: “...provocado por la.peculiaridad de su imaginación y su
talento... delante de una invención
dibujada y pintada por Norman Bottrill, la ultima gran figura que ha
aparecido en el mundo plastico nacional”
La critica de Buenos Aires lo elogio en el diario La
Opinión.
El archivo guarda muchos dibujos. Son dibujos con una
técnica parecida al grabado, a la punta seca. La figura humana rodeada de un
entorno orientalizado. El oficio y la capacidad de invención consiguen parir
estas imágenes. Algo que se agradece al artista.
-Los personajes son impasibles, pero las manos estan
crispadas. A veces esas manos se repiten en espacio separado, destacadas,
dentro de la misma obra...
-. “Se hace todo con las manos, bueno y malo, pero las manos
son las que funcionan para todo”, explica Bottrill antes de agregar: “Me interesa mucho la pintura persa, me
encantan las miniaturas”.
En alguna naturaleza muerta se pueden encontrar
reminiscencias de pinturas, o biombos japoneses. A veces el artista encuentra
un color, que puede estar destacado en la redondez de sol o luna sobre la
escena pintada y que es síntesis de tonos y colores de la escena inventada, de
tal manera que ese circulo liga en la obra toda sensación de color percibida en
su contemplación.“Me gusta usar el color y variarlo. Generalmente no hay
demasiados”.
Los detalles de las obras permiten apreciar el trabajo
minucioso de las lineas de colores que el pastel o la tiza, o el rapidograf
realizan en los planos que otras lineas envuelven, recreando asi aquel mismo
plano en una mezcla de colores que funciona como una veladura unificadora.
Utiliza mucho las tintas acrilicas o acuarelas. Las superficies son lisas, el
sutil oficio del pintor cubre con un manto entonador calidades y colores en los
diferentes materiales, hasta volverlos irreconocibles a la mirada del lego.
Primero dibuja un boceto general que se va modificando sobre
la marcha, pero que en general empieza como un dibujo. El juego de las formas
que van cerrando y van abriendo espacios atrapa al contemplador para llevarlo
fuera de si mismo y permitirle misteriosamente una suerte de introspección que
sobreviene por los recuerdos que personajes, imágenes y escenas suscitan, al
tiempo que seducen con la mirada vacía pintada en rostros intemporales, o con
algunas pupilas que miran, o miraron en otro tiempo.
El tiempo legendario
de las lecturas y fantasias de la infancia o adolescencia. Hay obras
particularmente originales, distintas, por lo mismo que auténticamente reflejan
la interioridad rica del artista. Con humildad propia de la grandeza, Norman
Bottrill confiesa el recorrido de sus recuerdos reflejados en esas lineas que
cubren el espacio para dejar la impronta de una imaginación nutrida de lecturas
y viajes, fundada en el sentimiento y la romántica poesia de un soñador.
Puede manchar con acrílico antes de dibujar con sanguina y
carbonilla: el resultado es simplemente deslumbrante. Estas idealizaciones no
se parecen a nada. Y en el acto de bucear dentro de si para comprender a que
recuerdo personal remiten tales o cuales imágenes, el observador vuelve a
detenerse en la contemplación, renunciando a encontrar una respuesta, porque
alcanza con mirar y volver a imaginar en ese preciso instante, bajo la tutela
espiritual del artista.
“Hay que meterse
dentro de los dibujos, es mi intención”, comenta el artista. Y asi se cumple
cuando el observador sigue una linea, otra linea y termina descubriendo que
todo esta armonizado y sincronizado en una totalidad simbiotica que es el mundo
imaginado que Bottrill representa cada vez. Lo material se funde en el dibujo,
materia humana, naturaleza viva, aun en aquellas naturalezas que pretenden
figurar una naturaleza muerta. Elegancia de los resultados de esta amalgama de
formas y colores, sutileza, originalidad, verdad en fin, por medio de la
fabulación y gracias a ella.
Son dibujos y pinturas. Trabajo de manos. Las manos van por
un lado y los personajes por otro. La naturaleza pintada los vincula. Las manos
se sueltan en su expresividad y las lineas de elementos organicos, recorren el
plano vinculándolas con aquella realidad imaginada, ya pintada. Porque
Bottrill.pone el color con la linea y tambien con la mancha. El artista entrega
color, para que todo participe del universo de color y aire que sostiene las
figuras. Y asi dice: . “me cuesta mucho trasmitir lo que he hecho”. Sin embargo,
todo lo ha dicho ya y lo ha hecho sentir con su dibujo y su color. Y
concede: “Eso es lo mas importante. “
-¿El dibujo lo domina a usted?
-Si, aunque es un dibujo muy organizado en el cual me
preocupa mucho la composición, la interrelacion de las figuras. Me sorprende y
con el tiempo, digo “Como pude haber hecho esto?” Hay obras que las he dejado y
he demorado dos años o mas en volver a verlas y me han sorprendido muchísimo,
como que descubro,. recien con el paso del tiempo, lo que tenia intención de
plasmar”. Elisa Roubaud
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