sábado, 13 de julio de 2019

Whyte Margaret


MARGARET WHYTE


Las obras de Margaret Whyte integran colecciones públicas en el Museo Nacional de Artes Visuales, Museo de Arte Contemporáneo y Banco de la República, en Montevideo, Uruguay. En colecciones particulares se pueden encontrar en Argentina, Alemania, Brasil, Escocia, México, Estados Unidos de Norte América y Uruguay.
Se formó en el Círculo de Bellas Artes de Montevideo (desde 1972) y en los talleres de Jorge Damiani y Hugo Longa. Integra la Fundación de Arte Contemporáneo.
Whyte ha sido distinguida con el Premio Adquisición del  Salón Nacional de Artes Plásticas, Premio Ministerio de Turismo, Bienal de Salto de 1996, Premio Especial y Adquisición Salón “Centenario del BROU”, Premio “El Mundo Viajes”, Bienal de Salto 1998.
En lo nacional ha expuesto individualmente en el Museo de Arte Contemporáneo, Museo Juan Manuel Blanes, Museo del Gaucho y de la Moneda del BROU, Biblioteca Nacional, Cabildo de Montevideo, Molino de Pérez; y entre las exposiciones colectivas se destacan el Premio V Centenario Instituto de Cooperación Iberoamericana, Intervención en el Parque Barofffio, VIII Bienal de la Primavera, Salto 2000.
En lo internacional, Margaret Whyte participó en la Primera Bienal Internacional del Deporte en las Artes Plásticas, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo; Primer y Segundo Encuentro Latinoamericano de Arte sobre Papel; Segundo Encuentro Latinoamericano de La Paz, Buenos Aires.
En mayo de 2004, Arteuy presentó un tapiz de Margaret Whyte en una de las exposiciones organizadas por Enrique Abal Oliú, con motivo de Arte y Diseño en el Hotel Cottage de Montevideo.
Realizado en tela con textura de fibras e hilo, este tapiz vertical mide 190 x 100 cms y su contemplación remite a etapas anteriores de la producción de la artista cuando en 1992 pintó una serie de figuración expresionista, en la que “El columpio”, acrílico sobre tela, 120 x 160 cms, curiosamente se organizaba en una composición de similares ritmos en diagonal, fuertemente estructurada.
Este tapiz, “sin título”, en la variedad de sus brillos y texturas que lo podrían convertir en una obra más decorativa, mantiene la sobria severidad no exenta de fantasía que es característica de esta artista. También las telas elegidas para compaginar esta obra responden a la misma paleta, la de la sensibilidad de la artista.
Cuando a través de un período de casi diez años se pueden descubrir en la obra de una creadora los puntos de coincidencia y a la vez establecer diferencias tan fundamentales hasta de técnica, como pueden ser las que separan la pintura del tapiz, se puede inferir sin temor a error que se trata de una artista madura: al cambiar de oficio mantiene sus líneas de composición y las huellas de sus costuras en el tapiz conducen a las pinceladas contenidas y profundas que marcaron pinturas anteriores.
El tapiz de Margaret Whyte no se parece a los tapices provenientes de otras culturas. Es evidente en esta obra la organización de planos que se destacan sobre un fondo más entrabado de formas, tal como también se podía ver en su anterior pintura de “Paisaje con peras y manzanas, 1989, tinta, acuarela, 87 x 67 cms. En aquella obra de tonos tenues, rojizos, sobre un fondo que aludía a frutos que estaban prontos, maduros, el dibujo de lineas precisas, finas, marcaba planos geométricos que cubrían como géneros apenas coloreados en grises y celestes, la vida que palpitaba por detrás. En la presente obra, todo es género y cual conviene a su densidad, los colores son profundos, definidos para marcar contrastes y delinear un derrotero de formas y caminos conducentes a una placentera contemplación. Elisa Roubaud

 







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