C.V. Marcelo Mendizábal
Nace en Montevideo, Uruguay, en 1956.
FORMACION: 1955: Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA).
1988: Taller profesor Ernesto Aroztegui ENBA. 1997: Workshops en Alemania con
artistas alemanes.
PREMIOS Y DISTINCIONES: 1998: Salón Banco República. Primer
premio 1997: Premio Internacional de Pintura Fundación Batuz. 1996: VI Bienal
de Salto. Premio adquisición. 1991: Cubierta Guía telefónica. ANTEL. Segundo
premio. 1990: Salón Automóvil Club del Uruguay. Mención. 1989: Salón Banco República.
Mención.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES: 1999: “Afuera, Adentro, Afuera”,
Babilonia Casa de Arte, Monevideo. 1990: “Mandalas, Menhires y Anatemas”.
Galería del Notariado, Montevideo.
EXPOSICIONES COLECTIVAS: 2001: Trench Gallery, La Barra,
Maldonado. “4” South Art Gallery, Miami, Florida, EE.UU. 2000: Bienal de Salto.
Molino de Pérez, Montevideo. 1999: Salón del Banco Hipotecario del Uruguay.
1998: Museo Torres García, Société Imginaire Fundación Batuz. 1996: “Cuatro
signos”. Colección Engelmann-Ost. 1995: Salón United Airlines, Maldonado.
“Sanjo, Masi, Conde, Mendizábal” Galería del Notariado.
EVENTOS INTERNACIONALES: 2001. “4” South Art Gallery Miami,
Florida, EE.UU. 2000: Trench Gallery Buenos Aires, Argentina. 1998: Uruguay XXI
Exposición colectiva “BILTMORE HOTEL”, EE.UU. 1997: Beca Batuz en Sajonia,
Alemania. “Piecyk, Osten, Mendizábal”, Exposición colectiva Altzella, Sajonia.
Marcelo Mendizábal (Montevideo, 1956), trabaja el soporte
arrancándole texturas inesperadas, mediante incisiones, frotados; o
enriqueciéndolo con aguadas, encolados, costuras, arenas, tierras, que se
mezclan y se definen con demorado oficio artesanal. Lo primigenio, el misterio
del origen de la vida, la oposición y atracción de los sexos, lo simple y lo
trabajado y decantado, la diferencia y el contraste que se traducen en el
nacimiento o en la aparición de un nuevo ser, son ideas y sensaciones que laten
en cada una de sus obras, son resortes que mueven y estimulan su creatividad.
En esta entrega se advierte la misma sensualidad de la materia, los colores
pardos entre los que brilla algún naranja o rojo profundo que surge para
ligarse al ocre, al negro, a los grises, que son los colores naturales de la
tierra, donde todo nace y renace, a la que vuelven los restos antes de
convertirse en nuevas semillas. Mendizábal siembra en el espacio propuesto con
sentido de la ortogonalidad, buscando descubrir, tal vez en el ordenamiento de
las formas en un todo concebido como tal, el hilo conductor hacia otras formas
de asociación en las que la materia animada, espiritualizada, convertida por
obra de la manualidad, tome rumbos inesperados, para volver a la sorpresa inicial.
En estas obras se define más claramente el sentido de construcción, sin que por
ello se resienta la poesía de una actitud artesanal y meditada frente a los
elementos trabajados que constituyen la materia plástica del cuadro.
Elisa Roubaud
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